Un nuevo verano, una nueva escapada al Pirineo. Ya lo
echábamos de menos. Aprovechando unos días libres que coleteaban por ahí más un
festivo perfectamente situado en miércoles nos hicimos con un puente largo. En este relato de viaje a la Vall d'Àneu se resumen 5 días estupendos para disfrutar de nuestras montañas favoritas.
Escogimos el área de las Valls d’Àneu, en la comarca del
Pallars Sobirà, Lleida. La Vall d'Àneu está considerada como una subcomarca dentro del Pallars, formada por 4 municipios que a su
vez agrupan diversas localidades. Esterri d’Àneu ejerce de núcleo comercial y
de servicios ya que se sitúa justo en la confluencia de los valles principales
de la zona. El entorno natural y el patrimonio histórico de les Valls d’Àneu
hace que 5 días se queden cortos para disfrutar de todo lo que ofrece este lugar.
Esterri d'Àneu |
Nos alojamos en un apartamento contratado por Airbnb en
Isavarre, un pueblín a unos 5 km de Esterri. A pesar de que el apartamento
estaba genial si volviera no repetiría, ya que esta es la típica localidad con
alojamientos rurales pero de nueva construcción, que fuera de la temporada alta
se convierte en pueblo fantasma. Es cuestión de gustos, pero nosotros
preferimos sitios donde exista la vida cotidiana no solo en temporada de esquí
o en verano. Aquí, para ir a comprar o tomar algo hay que coger el coche y desplazarse.
Pues lo dicho. Hay tantas cosas por hacer y ver que tuvimos
que hacer una especie de selección de imperdibles. A pesar de todo y como en la
montaña el tiempo es caprichoso, la lluvia nos hizo perder casi un día entero.
¿Y qué escogimos?
El Valle de Unarre
Una excursión circular apta para todos los públicos y de aproximadamente 4 km, por el Valle
de Unarre y varias pequeñas localidades que vamos cruzando por el camino. El día prometía ser soleado y espléndido así que nos permitimos el
lujo de ir en pantalón y camiseta sin peso extra de ropa de abrigo. Agua y algo
de picoteo en la mochila y a caminar.
Primero localizamos el núcleo de Unarre (partiendo de Esterri d'Àneu a unos 4,5 km) y
allí dejamos el coche, en una especie de apartadero de la carretera. No vimos
más sitio para aparcar así que desconozco cómo se arreglarán cuando haya más
gente por allí. Subimos una empinada cuesta hacia la iglesia de Sant Julià que
corona el pueblo. Unos metros más allà encontramos el cartel que indica el
camino a Cerbi que es el que tomamos. El camino entre Unarre y Cerbi va
discurriendo a media ladera y tiene vistas magníficas sobre el valle, los
prados y diversos pueblos salpicados por el paisaje. Al llegar a Cerbi dejamos
el camino por unos momentos para hacer una visita rápida del pueblo. Como
prácticamente todos los de la zona conserva una iglesia antiquísima, Sant
Serni. Además se jacta de ser el más alto de les Valls d’Àneu. Desandamos el camino y desde Cerbi
bajamos hasta el río Unarre, que cruzaremos un par de veces por puentes de
madera. Finalmente recorremos un tramo de bosque de ribera en dirección Auròs,
que pasaremos ya de vuelta a Unarre. Auròs es un pequeño núcleo ya abandonado que solo consta de la iglesia de St Pere y la ermita de St Joan. La excursión nos lleva un par de horas
aproximadamente.
Unarre - punto de inicio y final |
Valle de Unarre |
Cerbi |
El río Unarre |
Valle y lagos de Gerber
Ahora que ya tenemos las piernas entrenadas, nos vamos a
hacer una excursión por el Valle de Gerber. Nosotros la consideramos de
altísima montaña ya que llegaremos casi a los 2200 metros de altitud (aunque el
truco está en que partimos ya de los 1900). La ruta es bastante más larga que
la anterior y discurre por un camino que va enlazando diversos lagos hasta
llegar al objetivo final que es el lago Gerber.
El punto de inicio es el
aparcamiento del telesilla de la Peülla en el área de la Bonaigua, zona de paso entre las comarcas del Pallars Sobirà (donde estamos nosotros) y la Vall d'Aran. Desde aquí
cruzaremos el río Bonaigua, que en estos momentos es un hilillo más que un río,
en busca del cartel que señaliza la dirección a l’Estany de Gerber. El cartel
indica que hay 1h 30’ de camino, pero el cálculo debe de estar hecho al paso de
Kilian Jornet porque nosotros tardamos bastante más. De hecho, invertimos toda
la mañana en ir y volver.
Inicio de la excursión en la Bonaigua |
El camino se sigue perfectamente por la ladera de la
montaña y tiene vistas a mano izquierda sobre la carretera del Port de la
Bonaigua. Tras pasar por una zona de tartera y otra de bosque llegamos al
primer lago, l’Estanyera, donde hacemos el primer descanso.
L'Estanyera |
Tras hacernos unas
fotos y picotear algo, cogemos el caminillo que va por el margen derecho del
lago y enfilamos, ahora sí, hacia el Valle de Gerber. El tramo hasta el segundo
lago es de subida continua y más pedregosa, pero realmente no nos resulta difícil.
Paso a paso llegamos a l’Estanyera del Mig, ya a unos 2100 m. Aquí no nos
paramos mucho, lo justo para hacer alguna foto.
Dejamos atrás l'Estanyera del Mig |
Seguimos cuesta arriba los
metros que quedan hasta el Gerber, a 2165 m. Esta última subida es bastante más
empinada que la anterior pero por suerte no es muy larga. L’Estany Gerber
aparece de repente tras un recodo y es una maravilla. Sus aguas son absolutamente transparentes y en determinados momentos reflejan los picos que rodean el lago: Gerber, Loredo y Seròs. Paramos un rato para probar la temperatura del agua, hacer fotos y volver a picotear algo y tomamos ya el camino de vuelta, que es el mismo que el de ida. En realidad el camino continua ya que hay la opción de llegar al refugio Mataró y diversos lagos más, pero la subida es bastante más complicada y nos conformamos con la meta conseguida.
Estany Gerber |
Iglesias varias
Dejando un poco de lado el tema caminar, también realizamos
una ruta en coche para conocer el patrimonio cultural de esta zona del Pallars,
que no es poco. Como en otros sitios del Pirineo, las edificaciones más
notables suelen ser las iglesias o ermitas románicas de piedra, con su torre y
tejado de pizarra tan característico. Por importancia, teníamos intención de
conocer Sant Joan d’Isil y el Conjunto monumental de Son y por el camino,
visitar lo que nos fuéramos encontrando. Hay que decir que no pudimos entrar en ninguna de ellas, todas se visitan de forma concertada o bien durante el mes de
Agosto, así que nos conformamos con admirar lo que se veía desde el exterior. Finalmente y durante una tarde recorrimos los núcleos de Isavarre, Isil, Son y Jou.
La iglesia de St Joan d’Isil, románica del s. XI, se encuentra en un recodo del río Noguera Pallaresa y es considerada Monumento Histórico-artístico Nacional. Su estampa más conocida es la pared sur con el friso superior, la portada y las dos ventanas de estilo gótico:
St. Joan d'Isil |
St. Joan d'Isil |
St Pere de Jou |
St. Llorenç d'Isavarre |
A Esterri bajamos prácticamente cada tarde a dar un paseo, alguna noche nos quedamos a cenar y además dedicamos unas horas a la Casa Gassia, parte del Ecomuseu de les Valls d'Àneu.
Esterri es el típico pueblo con encanto pirenaico, atravesado por el río Noguera Pallaresa y rodeado de montañas. En la Calle Mayor que va paralela al río, es donde encontraremos toda la actividad comercial. Más o menos a la altura de la Iglesia de St. Vicenç pero al otro lado de la calle encontramos el acceso al puente románico que cruza el río, la fotografía del inicio de esta entrada.
Y alrededor de la iglesia se encuentra el casco viejo, la parte más auténtica en mi opinión. Aquí encontramos la Casa Gassia, una antigua casa pallaresa restaurada que puede visitarse en horas concertadas y permite conocer el estilo de vida antiguo de estos valles. A nosotros nos pareció una visita muy interesante y la hicimos solos.
En fin, una zona del Pirineo muy interesante y algo desconocida (por suerte), donde poder relajarse unos días. O no, porque cosas por hacer no faltan...
Relato de viaje a la Vall d'Àneu, por Miriam.