lunes, 1 de abril de 2019

UNA RUTA POR LA COSTA DE BIZKAIA - Marzo 2018

Hemos viajado a Euskadi muchísimas veces pero siempre por trabajo, exceptuando alguna escapada a San Sebastián allá por el período Jurásico que ya ni cuenta. Aun así nos encanta el País Vasco. ¿Cómo es posible que jamás hayamos disfrutado de unas vacaciones allí? Para ponerle remedio decidimos que los días festivos de la Semana Santa de 2018 los pasaríamos por la zona. En este relato de viaje a la Costa de Bizkaia explicamos nuestras mini vacaciones en la costa vasca.

En esta ocasión vamos en nuestro propio coche, saliendo de Barcelona por la mañana y llegando en unas seis horas al Agroturismo Iturbe, en Busturia, donde pondríamos el campamento base.

LLegada a Busturia
¿Y por qué esta zona precisamente? Nuestro objetivo era conocer la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la comarca de Busturialdea, un enclave natural impresionante y con muchos puntos interesantes para visitar. La pena es que en realidad solo disponíamos de tres días enteros y nos dejamos muchísimas cosas en el tintero.

Además viajar en Semana Santa tiene sus contras, ya que es cuando todo el mundo sale a la vez. Nos encontramos bastantes aglomeraciones en sitios turísticos que nos hicieron perder un poco el tiempo y deslucen un pelín las visitas (eso quiere decir que nosotros tampoco somos muy originales, ¿no?). Pero para compensar, nos hizo un tiempo increíble.

Urdaibai, Reserva de la Biosfera
En un ataque de inspiración decidimos que nuestra primera visita sería a San Juan de Gaztelugatxe. Yo siempre había querido ver este enclave y lo puse en primer lugar, por poder repetir la visita otro día si teníamos algún impedimento. Estamos hablando de una ermita construida en un islote en medio del mar cantábrico que está conectado con tierra firme por un estrecho camino de escaleras. El islote está erosionado en uno de sus lados formando dos arcos de los más fotogénico.

Queda situada entre las costas de Bakio y Bermeo y es es-pec-ta-cu-lar.

Ermita de San Juan de Gaztelugatxe
Así que, el Viernes Santo (festivo en medio mundo) y en pleno auge de una de las últimas temporadas de Juego de Tronos, nos vamos a conocer el escenario de “Rocadragón”, ahí es nada. Por suerte, solemos ser madrugadores y sobre las 9.30 de la mañana ya estábamos allí. La carretera de acceso tradicional y que llega prácticamente hasta el mar estaba cortada unos 3 km antes y había que dejar el coche en un parking habilitado delante del Restaurante Eneperi. Ahí ya intuimos que no íbamos a estar solos precisamente, porque el parking estaba a petar de coches. Partiendo del restaurante hay dos formas de acceder a San Juan, ambas caminando: por la propia carretera, prohibida para los vehículos, o bien por un sendero señalizado y con bastante desnivel que baja hasta el acceso a la ermita campo a través. Nosotros escogimos un camino para la ida y otro para la vuelta. Tras aproximadamente una hora de bajada, nos quedaba aún otra horita de espera, ya que en el acceso a las escaleras que llevan a la ermita se había habilitado un punto de control para que los visitantes fuéramos pasando en pequeños grupos, imaginad si había gente. Fue difícil disfrutar al 100% del lugar, pero el entorno es tan bonito y la playa de rocas superpuestas es tan magnífica que mereció la pena.

Esta web explica perfectamente cómo organizar mejor la visita ya que se ha convertido en un sitio tan popular que está a punto de morir de éxito:

Foto torcida de la playa de rocas
Ya en el camino de vuelta a Busturia nos paramos a comer en Bermeo con el objetivo de visitarlo a primera hora de la tarde.

Bermeo es la típica villa marinera de la costa norte, enclavada entre el monte y el mar, con sus fachadas de colores y su puerto pesquero. Este último fue de los más grandes de Bizkaia y a día de hoy conserva una gran actividad. Bermeo también es conocido por su industria conservera.

El puerto de Bermeo
A esas horas el hambre apremia y lo primero que hicimos fue callejear por el casco viejo en busca de un restaurante de menú asequible (ya se sabe que el País Vasco precisamente barato no es). Una vez saciado el estómago, volvemos a la zona del puerto a conocer algo más mientras unas nubes negras van haciendo acto de aparición.

Nos dio tiempo a ver de cerca el Aita Guria, un ballenero anclado en el puerto que es la sede del Centro de Interpretación de la Pesca de la Ballena. Varios siglos atrás, la pesca de la ballena fue la forma de vida de muchas personas de la zona, que con sus balleneros llegaban incluso hasta la península de Terranova en Canadá. Hoy en día las ballenas siguen pasando por la costa cantábrica e incluso pueden ser avistadas pero ya no se cazan.


Aita Guria
Hay en Bermeo una "ruta de las esculturas" que me hubiera gustado hacer pero empezó a lloviznar y preferimos irnos para el apartamento. Se trata de una serie de esculturas dispersas por el pueblo que muestran la cultura y tradiciones del municipio. Aunque alguna vimos de vuelta al coche, creo que fue La Vendedora de Pescado... En fin, que si hay un poquito más de tiempo disponible, Bermeo nos pareció un sitio super agradable para visitar.

Otro punto de vista del puerto de Bermeo
El resto de la tarde lo pasamos por los alrededores de nuestro alojamiento que estaba en medio del campo y tenía una pequeña granja. Los animales siempre son una gran atracción para los niños así que, qué más podíamos pedirle ya al día...





Continuará...

RELATO DE VIAJE A LA COSTA DE BIZKAIA, por Miriam.