viernes, 10 de mayo de 2019

UNA RUTA POR LA COSTA DE BIZKAIA (II) - Marzo 2018

Viene de Una ruta por la costa de Bizkaia

Bosque de Oma
El día siguiente a nuestra ajetreada visita a San Juan de Gaztelugatxe, sábado de Semana Santa, también estaba apretadito. Teníamos intención de visitar el Bosque de Oma y para compensar el paseo, sentarnos a comer como dios manda. Siempre que podemos, si el bolsillo y la planificación lo permiten, intentamos incluir alguna visita gastronómica en nuestros viajes. Rebuscando por la red, dimos con esta recomendación sobre el restaurante Lezika, famoso por sus alubiadas, y allá que nos fuimos:

https://www.lonifasiko.com/2016/03/30/bosque-oma-donde-comer-restaurante-lezika/

El acceso al Bosque de Oma se encuentra en el Barrio de Basondo, término municipal de Kortezubi, cerca de Gernika. A pocos pasos del inicio del recorrido hay una zona de aparcamiento grande que por cierto, no nos quedó claro si es pública o pertenece al restaurante Lezika. Aquí se deja el coche y se inicia la excursión. La suerte volvió a ponerse de nuestra parte ya que cuando llegamos al parking lo vimos bastante lleno para la hora que era (somos tempraneros) y pensamos que no estaría de más reservar mesa en el restaurante. Pues bien, sólo les quedaba una libre y en el turno de las 13h, así que nos comimos la alubiada por los pelos, vaya.



El recorrido de la excursión es sencillo y está bien señalizado. Se inicia por un camino entre caseríos que acaba internándose en el bosque. Si se realiza de forma circular, se caminan unos 7 km y se vuelve por el Valle de Oma. En el bosque nos entretuvimos bastante rato viendo las pinturas y haciendo fotos, así que en total debimos tardar unas 3 horas en ir y volver.



El Bosque de Oma que recibe otros nombres como Bosque Pintado o Encantado, es una obra al aire libre de Agustín Ibarrola, que tomó los troncos de los árboles como lienzos y realizó dibujos sobre ellos. Muchas de las pinturas adquieren sentido cuando se miran desde un punto determinado que abarca varios troncos de árbol. Los puntos están marcados en el suelo.

No sé si sería porque había bastante gente haciendo la misma excursión y nos estorbábamos unos a otros, o porque mis expectativas previas eran altas, pero lo cierto es que a mí no me pareció un lugar demasiado especial ni místico. El entorno natural y el conjunto de la excursión sí valen la pena, pero el Bosque Pintado... será que no tengo sensibilidad artística pero en algunos momentos me parecía estar viendo grafitis en los árboles y poco más. En todo caso, a mi hija de 5 años le encantó, no paraba de ir de un árbol a otro descubriendo las figuras y pidiendo hacerse fotos así que para gustos, los colores. 




Ya de vuelta, nos dimos nuestro homenaje en el restaurante Lezika. Menú "Alubias de Gernika con sus sacramentos", pan, bebida (vino tinto) y postre casero. Para reventar, vamos.


Por cierto, en la misma zona están las Cuevas de Santimamiñe, con pinturas rupestres y restos humanos del Paleolítico que son patrimomio de la humanidad. Para visitarlas hay que reservar y concertar visita. Nosotros no las vimos pero queda pendiente.

Gernika
Después del atracón y el descanso correspondiente nos fuimos a conocer Gernika. No es una localidad muy grande y los sitios de mayor interés turístico están muy cercanos unos a otros. Lo mejor es localizar la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika e intentar aparcar lo más cerca posible. Esto es lo que hicimos nosotros. Una vez aparcado el coche dimos un paseo por el casco histórico, haciendo más o menos este recorrido:



Partimos de la Casa de Juntas, donde actualmente se celebran las Juntas Generales de Bizkaia. Se encuentra junto al Árbol de Gernika, el roble alrededor del cual se realizaban las primeras juntas del Señorío de Bizkaia, que datan de la época medieval. A ellas acudía un representante de cada uno de los territorios que fomaban el señorío. El Árbol de Gernika sigue siendo un símbolo de unión del pueblo vasco y junto a él se celebra la toma de posesión de los lehendakaris.



Cerca se hallan la Iglesia gótica de Santa María de Gernika, el Museo de la Paz y el Mural del Gernika, una reproducción en cerámica del famosérrimo cuadro. Este último coge un poco a desmano, no está demasiado bien ubicado y hay que ir a próposito a verlo, pero hay que verlo, ¿no?. Representa el bombardeo más cruento de la guerra civil española. La leyenda inferior, "Guernica" gernikara, expresa el deseo de que el cuadro original sea trasladado al País Vasco.




Otros...
Intercaladas entre las visitas más importantes también nos dio tiempo a realizar otras visitas más cortas, bien porque nos quedaban a mano, bien porque nos apetecía pasear un rato. De algunas ni siquiera tenemos fotografías. Por ejemplo, la villa de Mundaka a la que nos acercamos para ver el puerto pesquero, la recorrimos paraguas en mano. O la playa de Laida, que me pareció idílica, en plena ría de Mundaka. Aquí comienza la famosa Ola Izquierda de Mundaka y me imagino que debe ser espectacular ver a los surfistas en pleno apogeo.

Tuvimos la oportunidad de acercarnos al Castillo de Butrón, que nos resultó curioso porque se asemeja más a un típico castillo alemán que a los castillos medievales que estamos acostumbrados a ver aquí. Da un poco de penilla verlo porque tiene pinta de abandonado, de hecho cuando nosotros lo visitamos estaba en venta, no sé si algún acaudalado se habrá interesado en él.



Y por supuesto, hay que irse de pintxos en algún momento, el no hacerlo es motivo de cese. Y con el apetito que nos gastamos nosotros... pues eso:



Ya estoy deseando volver....!

RELATO DE VIAJE A LA COSTA DE BIZKAIA, por Miriam.

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