sábado, 18 de mayo de 2019

ESCAPADA A NARBONA Y ALREDEDORES - Abril 2019

Este año 2019, por diversos motivos que no vienen a cuento, va a ser un año de pequeños viajes. Cercanos y de corta duración y ante todo no muy complicados de organizar. Para este tipo de viajes siempre es fácil echarle un ojo al país vecino, Francia, que turísticamente hablando pocas veces decepciona.

Durante la Semana Santa de 2019 disponíamos de 4 días libres, de viernes a lunes de Pascua. Como hacía tiempo que nos rondaba por la cabeza la idea de visitar la Reserva Africana de Sigean, pensamos que este era el momento idóneo para hacerlo. En este relato de viaje a Narbona y alrededores explico nuestras peripecias por el departamento francés de Aude, una zona que evidentemente da para muchísimo más que lo que aquí se explica.

Pusimos el campo base en las afueras de Narbona, ciudad que no conocíamos y que nos daba juego para visitar varias cosas a su alrededor. Nos instalamos en una casa rural en medio de un campo de viñas, el Domaine de Beaupré, con su piscina (que no usamos), su gallinero y su desayuno francés incluido, la mar de rico. En esta zona muchos de los chateaux se han pasado al turismo rural y hay bastantes opciones de alojarse en pleno campo pero a pocos minutos de la ciudad.


Domaine de Beaupré
Aquí unas amigas

NARBONA

A pesar de ser la ciudad más poblada del departamento del Aude, Narbona siempre se ha visto ensombrecida por la hiper conocida y turística Carcasona. Así que a su favor tiene que es una ciudad tranquila, con un casco histórico bonito, compacto y fácil de ver. Nosotros la conocimos en un par de paseos por las tardes, aprovechando que en abril los días empiezan a alargarse.

De hecho, para ver los puntos más destacados solo hay que localizar el Canal de la Robine (arteria de la ciudad) y seguir su curso. A un lado tenemos la zona de la Cité y al otro lado el barrio de Bourg. Pegaditas al canal, la Cours de la Republique y la Cours Mirabeau son peatonales y están salpicadas de terrazas para tomar algo o bancos a la sombra de los plataneros. La función del Canal de la Robine es conectar el famoso Canal du Midi con el mar Mediterráneo. Ambos son Patrimonio de la Humanidad.


Canal de la Robine
Una de las curiosidades que podemos ver sobre el propio canal es el Pont des Marchands (Puente de los Mercaderes), uno de los pocos puentes habitados que aún hay en Francia. Para más inri el puente sigue el trazado de la Via Domitia, calzada romana que hace siglos unía Italia y España cruzando Narbo Martius y de la cual pueden verse restos bien conservados en la plaza del Ayuntamiento.

Canal de la Robine con el Puente de los Mercaderes y el Palacio Arzobispal al fondo.
Y de premio, procesión de Semana Santa
Desde la misma plaza del Ayuntamiento puede accederse al recinto del Palacio de los Arzobispos, conjunto de edificios notables de la ciudad que incluyen el Palacio Viejo y  la Catedral de los Santos Justo y Pastor. Los accesos al recinto y a la catedral son libres y gratuitos, a diferencia de los accesos al Museo Arqueológico y de Historia, que también se encuentran ubicados allí.

Detalles de la zona monumental

Detalles de la zona monumental

La Catedral gótica comenzó a construirse en el siglo XIII y curiosamente está inacabada, ya que para completar su construcción se tenían que tirar abajo las murallas de la ciudad. En esas épocas no estaba la cosa como para quedarse sin murallas, así que el proyecto quedó a medias hasta el día de hoy. Esta característica hace que la entrada, el órgano o incluso los bancos para los feligreses estén ubicados de forma diferente a lo que estamos acostumbrados. El ala inacabada puede apreciarse perfectamente rodeando el edificio. Por otro lado, el claustro con sus gárgolas nos pareció especialmente bonito aunque estaba en obras cuando lo visitamos.


Claustro

Claustro

Ala incompleta
Saliendo del recinto monumental podemos adentrarnos a pasear en el entramado de callejuelas medievales que componen el antiguo barrio de la nobleza y el clero.

Por otro lado, si atravesamos alguno de los puentes para llegar a la orilla opuesta del canal llegaremos a la zona de Bourg, el otro barrio medieval, esta vez habitado por familias burguesas y comerciantes varios. En este barrio hay dos puntos fuertes, la Basilique de St. Paul y el mercado de Les Halles. De este último dicen que es uno de los más bonitos de Francia, pero nosotros nos quedamos sin verlo porque como todo mercado, solo abre por las mañanas. Además de visitarlo, se puede comer dentro, bueno, bonito y barato.


Plaza de las 4 fuentes, Le Bourg
Cotilleando por la red vimos que Narbona suele ser un sitio de paso al que no se le dedica demasiado tiempo, así que no teníamos las expectativas muy altas. Por eso precisamente nos llevamos una sorpresa grata al descubrirla poco a poco, nos pareció bonita y muy agradable para pasearla ya que no está nada masificada. Aunque como siempre nos dejamos cosas en el tintero. No solo en la ciudad, ya que corta distancia pueden visitarse diversas abadías y castillos estupendamente conservados, no en vano estamos en el País Cátaro... Pero no eran el objetivo de este viaje así que otra vez será. Si llevan siglos en pie podrán esperarnos un poquito más.

A nosotros esta vez nos interesaban más los animales salvajes.

Continuará...

Relato de viaje a Narbona y alrededores, por Miriam.

viernes, 10 de mayo de 2019

UNA RUTA POR LA COSTA DE BIZKAIA (II) - Marzo 2018

Viene de Una ruta por la costa de Bizkaia

Bosque de Oma
El día siguiente a nuestra ajetreada visita a San Juan de Gaztelugatxe, sábado de Semana Santa, también estaba apretadito. Teníamos intención de visitar el Bosque de Oma y para compensar el paseo, sentarnos a comer como dios manda. Siempre que podemos, si el bolsillo y la planificación lo permiten, intentamos incluir alguna visita gastronómica en nuestros viajes. Rebuscando por la red, dimos con esta recomendación sobre el restaurante Lezika, famoso por sus alubiadas, y allá que nos fuimos:

https://www.lonifasiko.com/2016/03/30/bosque-oma-donde-comer-restaurante-lezika/

El acceso al Bosque de Oma se encuentra en el Barrio de Basondo, término municipal de Kortezubi, cerca de Gernika. A pocos pasos del inicio del recorrido hay una zona de aparcamiento grande que por cierto, no nos quedó claro si es pública o pertenece al restaurante Lezika. Aquí se deja el coche y se inicia la excursión. La suerte volvió a ponerse de nuestra parte ya que cuando llegamos al parking lo vimos bastante lleno para la hora que era (somos tempraneros) y pensamos que no estaría de más reservar mesa en el restaurante. Pues bien, sólo les quedaba una libre y en el turno de las 13h, así que nos comimos la alubiada por los pelos, vaya.



El recorrido de la excursión es sencillo y está bien señalizado. Se inicia por un camino entre caseríos que acaba internándose en el bosque. Si se realiza de forma circular, se caminan unos 7 km y se vuelve por el Valle de Oma. En el bosque nos entretuvimos bastante rato viendo las pinturas y haciendo fotos, así que en total debimos tardar unas 3 horas en ir y volver.



El Bosque de Oma que recibe otros nombres como Bosque Pintado o Encantado, es una obra al aire libre de Agustín Ibarrola, que tomó los troncos de los árboles como lienzos y realizó dibujos sobre ellos. Muchas de las pinturas adquieren sentido cuando se miran desde un punto determinado que abarca varios troncos de árbol. Los puntos están marcados en el suelo.

No sé si sería porque había bastante gente haciendo la misma excursión y nos estorbábamos unos a otros, o porque mis expectativas previas eran altas, pero lo cierto es que a mí no me pareció un lugar demasiado especial ni místico. El entorno natural y el conjunto de la excursión sí valen la pena, pero el Bosque Pintado... será que no tengo sensibilidad artística pero en algunos momentos me parecía estar viendo grafitis en los árboles y poco más. En todo caso, a mi hija de 5 años le encantó, no paraba de ir de un árbol a otro descubriendo las figuras y pidiendo hacerse fotos así que para gustos, los colores. 




Ya de vuelta, nos dimos nuestro homenaje en el restaurante Lezika. Menú "Alubias de Gernika con sus sacramentos", pan, bebida (vino tinto) y postre casero. Para reventar, vamos.


Por cierto, en la misma zona están las Cuevas de Santimamiñe, con pinturas rupestres y restos humanos del Paleolítico que son patrimomio de la humanidad. Para visitarlas hay que reservar y concertar visita. Nosotros no las vimos pero queda pendiente.

Gernika
Después del atracón y el descanso correspondiente nos fuimos a conocer Gernika. No es una localidad muy grande y los sitios de mayor interés turístico están muy cercanos unos a otros. Lo mejor es localizar la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika e intentar aparcar lo más cerca posible. Esto es lo que hicimos nosotros. Una vez aparcado el coche dimos un paseo por el casco histórico, haciendo más o menos este recorrido:



Partimos de la Casa de Juntas, donde actualmente se celebran las Juntas Generales de Bizkaia. Se encuentra junto al Árbol de Gernika, el roble alrededor del cual se realizaban las primeras juntas del Señorío de Bizkaia, que datan de la época medieval. A ellas acudía un representante de cada uno de los territorios que fomaban el señorío. El Árbol de Gernika sigue siendo un símbolo de unión del pueblo vasco y junto a él se celebra la toma de posesión de los lehendakaris.



Cerca se hallan la Iglesia gótica de Santa María de Gernika, el Museo de la Paz y el Mural del Gernika, una reproducción en cerámica del famosérrimo cuadro. Este último coge un poco a desmano, no está demasiado bien ubicado y hay que ir a próposito a verlo, pero hay que verlo, ¿no?. Representa el bombardeo más cruento de la guerra civil española. La leyenda inferior, "Guernica" gernikara, expresa el deseo de que el cuadro original sea trasladado al País Vasco.




Otros...
Intercaladas entre las visitas más importantes también nos dio tiempo a realizar otras visitas más cortas, bien porque nos quedaban a mano, bien porque nos apetecía pasear un rato. De algunas ni siquiera tenemos fotografías. Por ejemplo, la villa de Mundaka a la que nos acercamos para ver el puerto pesquero, la recorrimos paraguas en mano. O la playa de Laida, que me pareció idílica, en plena ría de Mundaka. Aquí comienza la famosa Ola Izquierda de Mundaka y me imagino que debe ser espectacular ver a los surfistas en pleno apogeo.

Tuvimos la oportunidad de acercarnos al Castillo de Butrón, que nos resultó curioso porque se asemeja más a un típico castillo alemán que a los castillos medievales que estamos acostumbrados a ver aquí. Da un poco de penilla verlo porque tiene pinta de abandonado, de hecho cuando nosotros lo visitamos estaba en venta, no sé si algún acaudalado se habrá interesado en él.



Y por supuesto, hay que irse de pintxos en algún momento, el no hacerlo es motivo de cese. Y con el apetito que nos gastamos nosotros... pues eso:



Ya estoy deseando volver....!

RELATO DE VIAJE A LA COSTA DE BIZKAIA, por Miriam.