Este año 2019, por diversos motivos que no vienen a cuento,
va a ser un año de pequeños viajes. Cercanos y de corta duración y ante todo no
muy complicados de organizar. Para este tipo de viajes siempre es fácil echarle
un ojo al país vecino, Francia, que turísticamente hablando pocas veces
decepciona.
Durante la Semana Santa de 2019 disponíamos de 4 días
libres, de viernes a lunes de Pascua. Como hacía tiempo que nos rondaba por la
cabeza la idea de visitar la Reserva Africana de Sigean, pensamos que este era
el momento idóneo para hacerlo. En este relato de viaje a Narbona y alrededores explico nuestras peripecias por el departamento francés de Aude, una zona que evidentemente da para muchísimo más que lo que aquí se explica.
Pusimos el campo base en las afueras de Narbona, ciudad que
no conocíamos y que nos daba juego para visitar varias cosas a su alrededor.
Nos instalamos en una casa rural en medio de un campo de viñas, el Domaine de Beaupré, con su piscina (que
no usamos), su gallinero y su desayuno francés incluido, la mar de rico. En esta zona muchos de los chateaux se han pasado al turismo rural y hay bastantes opciones de alojarse en pleno campo pero a pocos minutos de la ciudad.
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Domaine de Beaupré |
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Aquí unas amigas |
NARBONA
A pesar de ser la ciudad más poblada del departamento del
Aude, Narbona siempre se ha visto ensombrecida por la hiper conocida y
turística Carcasona. Así que a su favor tiene que es una ciudad tranquila, con
un casco histórico bonito, compacto y fácil de ver. Nosotros la conocimos en un par de
paseos por las tardes, aprovechando que en abril los días empiezan a alargarse.
De hecho, para ver los puntos más destacados solo hay que
localizar el Canal de la Robine (arteria de la ciudad) y seguir su curso. A un
lado tenemos la zona de la Cité y al otro lado el barrio de Bourg. Pegaditas al
canal, la Cours de la Republique y la
Cours Mirabeau son peatonales y están
salpicadas de terrazas para tomar algo o bancos a la sombra de los plataneros.
La función del Canal de la Robine es conectar el famoso Canal du Midi con el
mar Mediterráneo. Ambos son Patrimonio de la Humanidad.
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Canal de la Robine |
Una de las curiosidades que podemos ver sobre el propio
canal es el Pont des Marchands
(Puente de los Mercaderes), uno de los pocos puentes habitados que aún hay en
Francia. Para más inri el puente sigue el trazado de la Via Domitia, calzada
romana que hace siglos unía Italia y España cruzando Narbo Martius y de la cual pueden verse restos bien conservados en la plaza del
Ayuntamiento.
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Canal de la Robine con el Puente de los Mercaderes y el Palacio Arzobispal al fondo. Y de premio, procesión de Semana Santa |
Desde la misma plaza del Ayuntamiento puede accederse al
recinto del Palacio de los Arzobispos, conjunto de edificios notables de la
ciudad que incluyen el Palacio Viejo y
la Catedral de los Santos Justo y Pastor. Los accesos al recinto y a la
catedral son libres y gratuitos, a diferencia de los accesos al Museo
Arqueológico y de Historia, que también se encuentran ubicados allí.
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Detalles de la zona monumental |
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Detalles de la zona monumental |
La Catedral gótica comenzó a construirse en el siglo XIII y
curiosamente está inacabada, ya que para completar su construcción se tenían
que tirar abajo las murallas de la ciudad. En esas épocas no estaba la cosa como
para quedarse sin murallas, así que el proyecto quedó a medias hasta el día de
hoy. Esta característica hace que la entrada, el órgano o incluso los bancos
para los feligreses estén ubicados de forma diferente a lo que estamos
acostumbrados. El ala inacabada puede apreciarse perfectamente rodeando el
edificio. Por otro lado, el claustro con sus gárgolas nos pareció especialmente
bonito aunque estaba en obras cuando lo visitamos.
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Claustro |
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Claustro |
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Ala incompleta |
Saliendo del recinto monumental podemos adentrarnos a pasear
en el entramado de callejuelas medievales que componen el antiguo barrio de la nobleza
y el clero.
Por otro lado, si atravesamos alguno de los puentes para llegar a la orilla opuesta del canal llegaremos a la zona de Bourg, el otro barrio medieval, esta vez
habitado por familias burguesas y comerciantes varios. En este barrio hay dos
puntos fuertes, la Basilique de St. Paul y el mercado de Les Halles. De este último dicen que es uno de los más bonitos de
Francia, pero nosotros nos quedamos sin verlo porque como todo mercado, solo
abre por las mañanas. Además de visitarlo, se puede comer dentro, bueno, bonito
y barato.
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Plaza de las 4 fuentes, Le Bourg |
Cotilleando por la red vimos que Narbona suele ser un sitio de paso al que no se le dedica demasiado tiempo, así que no teníamos las expectativas muy altas. Por eso precisamente nos llevamos una sorpresa grata al descubrirla poco a poco, nos pareció bonita y muy agradable para pasearla ya que no está nada masificada. Aunque como siempre nos dejamos cosas en el tintero. No solo en la ciudad, ya que corta distancia pueden visitarse diversas abadías y castillos estupendamente conservados, no en vano estamos en el País Cátaro... Pero no eran el objetivo de este viaje así que otra vez será. Si llevan siglos en pie podrán esperarnos un poquito más.
A nosotros esta vez nos interesaban más los animales salvajes.
Continuará...
Relato de viaje a Narbona y alrededores, por Miriam.