domingo, 26 de enero de 2020

LA VALL D'ÀNEU - Septiembre 2019


Un nuevo verano, una nueva escapada al Pirineo. Ya lo echábamos de menos. Aprovechando unos días libres que coleteaban por ahí más un festivo perfectamente situado en miércoles nos hicimos con un puente largo. En este relato de viaje a la Vall d'Àneu se resumen 5 días estupendos para disfrutar de nuestras montañas favoritas.

Escogimos el área de las Valls d’Àneu, en la comarca del Pallars Sobirà, Lleida. La Vall d'Àneu está considerada como una subcomarca dentro del Pallars, formada por 4 municipios que a su vez agrupan diversas localidades. Esterri d’Àneu ejerce de núcleo comercial y de servicios ya que se sitúa justo en la confluencia de los valles principales de la zona. El entorno natural y el patrimonio histórico de les Valls d’Àneu hace que 5 días se queden cortos para disfrutar de todo lo que ofrece este lugar.

Esterri d'Àneu
Nos alojamos en un apartamento contratado por Airbnb en Isavarre, un pueblín a unos 5 km de Esterri. A pesar de que el apartamento estaba genial si volviera no repetiría, ya que esta es la típica localidad con alojamientos rurales pero de nueva construcción, que fuera de la temporada alta se convierte en pueblo fantasma. Es cuestión de gustos, pero nosotros preferimos sitios donde exista la vida cotidiana no solo en temporada de esquí o en verano. Aquí, para ir a comprar o tomar algo hay que coger el coche y desplazarse.

Pues lo dicho. Hay tantas cosas por hacer y ver que tuvimos que hacer una especie de selección de imperdibles. A pesar de todo y como en la montaña el tiempo es caprichoso, la lluvia nos hizo perder casi un día entero. ¿Y qué escogimos?

El Valle de Unarre

Una excursión circular apta para todos los públicos y de aproximadamente 4 km, por el Valle de Unarre y varias pequeñas localidades que vamos cruzando por el camino. El día prometía ser soleado y espléndido así que nos permitimos el lujo de ir en pantalón y camiseta sin peso extra de ropa de abrigo. Agua y algo de picoteo en la mochila y a caminar. 

Primero localizamos el núcleo de Unarre (partiendo de Esterri d'Àneu a unos 4,5 km) y allí dejamos el coche, en una especie de apartadero de la carretera. No vimos más sitio para aparcar así que desconozco cómo se arreglarán cuando haya más gente por allí. Subimos una empinada cuesta hacia la iglesia de Sant Julià que corona el pueblo. Unos metros más allà encontramos el cartel que indica el camino a Cerbi que es el que tomamos. El camino entre Unarre y Cerbi va discurriendo a media ladera y tiene vistas magníficas sobre el valle, los prados y diversos pueblos salpicados por el paisaje. Al llegar a Cerbi dejamos el camino por unos momentos para hacer una visita rápida del pueblo. Como prácticamente todos los de la zona conserva una iglesia antiquísima, Sant Serni. Además se jacta de ser el más alto de les Valls d’Àneu. Desandamos el camino y desde Cerbi bajamos hasta el río Unarre, que cruzaremos un par de veces por puentes de madera. Finalmente recorremos un tramo de bosque de ribera en dirección Auròs, que pasaremos ya de vuelta a Unarre. Auròs es un pequeño núcleo ya abandonado que solo consta de la iglesia de St Pere y la ermita de St Joan. La excursión nos lleva un par de horas aproximadamente.

Unarre - punto de inicio y final
Valle de Unarre
Cerbi
El río Unarre

Valle y lagos de Gerber

Ahora que ya tenemos las piernas entrenadas, nos vamos a hacer una excursión por el Valle de Gerber. Nosotros la consideramos de altísima montaña ya que llegaremos casi a los 2200 metros de altitud (aunque el truco está en que partimos ya de los 1900). La ruta es bastante más larga que la anterior y discurre por un camino que va enlazando diversos lagos hasta llegar al objetivo final que es el lago Gerber. 

El punto de inicio es el aparcamiento del telesilla de la Peülla en el área de la Bonaigua, zona de paso entre las comarcas del Pallars Sobirà (donde estamos nosotros) y la Vall d'Aran. Desde aquí cruzaremos el río Bonaigua, que en estos momentos es un hilillo más que un río, en busca del cartel que señaliza la dirección a l’Estany de Gerber. El cartel indica que hay 1h 30’ de camino, pero el cálculo debe de estar hecho al paso de Kilian Jornet porque nosotros tardamos bastante más. De hecho, invertimos toda la mañana en ir y volver.

Inicio de la excursión en la Bonaigua

El camino se sigue perfectamente por la ladera de la montaña y tiene vistas a mano izquierda sobre la carretera del Port de la Bonaigua. Tras pasar por una zona de tartera y otra de bosque llegamos al primer lago, l’Estanyera, donde hacemos el primer descanso. 

L'Estanyera
Tras hacernos unas fotos y picotear algo, cogemos el caminillo que va por el margen derecho del lago y enfilamos, ahora sí, hacia el Valle de Gerber. El tramo hasta el segundo lago es de subida continua y más pedregosa, pero realmente no nos resulta difícil. Paso a paso llegamos a l’Estanyera del Mig, ya a unos 2100 m. Aquí no nos paramos mucho, lo justo para hacer alguna foto. 

Dejamos atrás l'Estanyera del Mig
Seguimos cuesta arriba los metros que quedan hasta el Gerber, a 2165 m. Esta última subida es bastante más empinada que la anterior pero por suerte no es muy larga. L’Estany Gerber aparece de repente tras un recodo y es una maravilla. Sus aguas son absolutamente transparentes y en determinados momentos reflejan los picos que rodean el lago: Gerber, Loredo y Seròs. Paramos un rato para probar la temperatura del agua, hacer fotos y volver a picotear algo y tomamos ya el camino de vuelta, que es el mismo que el de ida. En realidad el camino continua ya que hay la opción de llegar al refugio Mataró y diversos lagos más, pero la subida es bastante más complicada y nos conformamos con la meta conseguida.

Estany Gerber 
Iglesias varias

Dejando un poco de lado el tema caminar, también realizamos una ruta en coche para conocer el patrimonio cultural de esta zona del Pallars, que no es poco. Como en otros sitios del Pirineo, las edificaciones más notables suelen ser las iglesias o ermitas románicas de piedra, con su torre y tejado de pizarra tan característico. Por importancia, teníamos intención de conocer Sant Joan d’Isil y el Conjunto monumental de Son y por el camino, visitar lo que nos fuéramos encontrando. Hay que decir que no pudimos entrar en ninguna de ellas, todas se visitan de forma concertada o bien durante el mes de Agosto, así que nos conformamos con admirar lo que se veía desde el exterior. Finalmente y durante una tarde recorrimos los núcleos de Isavarre, Isil, Son y Jou.

La iglesia de St Joan d’Isil, románica del s. XI, se encuentra en un recodo del río Noguera Pallaresa y es considerada Monumento Histórico-artístico Nacional. Su estampa más conocida es la pared sur con el friso superior, la portada y las dos ventanas de estilo gótico:

St. Joan d'Isil

St. Joan d'Isil
La iglesia de St Just i St Pastor de Son data también de los siglos XI y XII y está considerada Bien de Interés Cultural. El elemento más destacado de su figura es el campanario cuadrado y con cuatro niveles que recuerda al románico del Valle de Boí. Se encuentra a pie de carretera en una elevación a la entrada del pueblo, lo que le da un aire de lo más notable. Adosada a la iglesia encontramos una antigua torre de defensa con forma redonda; por lo visto antiguamente el recinto estaba amurallado.

St Just y St Pastor
Por último, un paseo por St. Pere de Jou i St. Llorenç d'Isavarre:

St Pere de Jou

St. Llorenç d'Isavarre
Esterri d'Àneu 

A Esterri bajamos prácticamente cada tarde a dar un paseo, alguna noche nos quedamos a cenar y además dedicamos unas horas a la Casa Gassia, parte del Ecomuseu de les Valls d'Àneu.

Esterri es el típico pueblo con encanto pirenaico, atravesado por el río Noguera Pallaresa y rodeado de montañas. En la Calle Mayor que va paralela al río, es donde encontraremos toda la actividad comercial. Más o menos a la altura de la Iglesia de St. Vicenç pero al otro lado de la calle encontramos el acceso al puente románico que cruza el río, la fotografía del inicio de esta entrada.

Y alrededor de la iglesia se encuentra el casco viejo, la parte más auténtica en mi opinión. Aquí encontramos la Casa Gassia, una antigua casa pallaresa restaurada que puede visitarse en horas concertadas y permite conocer el estilo de vida antiguo de estos valles. A nosotros nos pareció una visita muy interesante y la hicimos solos.




En fin, una zona del Pirineo muy interesante y algo desconocida (por suerte), donde poder relajarse unos días. O no, porque cosas por hacer no faltan...

Relato de viaje a la Vall d'Àneu, por Miriam.