Habíamos dividido nuestra semana y pico de vacaciones en
Creta en dos partes. Los 4 primeros días los pasaríamos a pie de playa y los 3
últimos en alguna zona rural del interior de la isla. Lo primero que tuvimos
que decidir es qué parte de la isla queríamos ver. Creta tiene una extensión de 8000 Km2 y
aunque la mayoría de las carreteras están en buen estado, es muy
montañosa, de manera que las distancias no son cortas. Además nosotros somos
“slow-tourists”, es decir, no queremos volver a casa más cansados de lo que
salimos, así que solemos tomarnos los viajes con mucha calma. Por lo tanto, centramos
nuestra visita en la mitad oeste, donde se encuentran Chania, la garganta de
Samaria y otros puntos turísticos fuertes de Creta.
Los primeros días nos alojamos en los apartamentos JeChrina,
a unos 4 km de Chania, en la localidad de Agious Apostolous. Es un pequeño
complejo de gestión familiar, con piscina y un restaurante de cocina casera. Lo
encontramos en Booking muy bien de precio y estuvimos estupendamente. Nuestro
plan del día a día era: excursión por la mañana, comer fuera, siesta y piscina por la
tarde y paseíto nocturno en Chania.
Paseo marítimo de Agious Apostolous |
Playa de Elafonissi
Para nuestra primera excursión no fuimos nada originales y escogimos
Elafonissi, una playa situada en el suroeste de Creta, a unos 75 km de Chania.
Está considerada de las mejores (si no la mejor) de la isla, así que las
expectativas eran muy altas. Estudiando el mapa, nos planteamos dos opciones de
camino. La que no escogimos, era ir por carretera hasta Paleochora, en el sur,
y una vez allí intentar coger un barco que nos llevara a Elafonissi. Esta
posibilidad la habíamos leído por algún sitio en internet y nos hacía gracia,
por combinar dos visitas diferentes el mismo día. El tema es que una vez allí
no pudimos llegar a concretar si existía el mencionado barco (nadie lo sabía),
de manera que acabamos decantándonos por la opción segura, el camino directo
Chania - Elafonissi beach. No hay problema en llegar, ya que la zona es muy
turística y está bien señalizada. Eso sí, recomendamos madrugar, porque TODOS
vamos a Elafonissi.
Para compensarnos, el camino nos gustó mucho. La carretera va
bordeando la garganta de Topolia, un desfiladero con impresionantes paredes de
piedra. Desde Topolia pueblo se accede a una ruta de senderismo por el cañón,
de aproximadamente hora y media. Nosotros nos conformamos con fotografiarlo
desde arriba, apartándonos de la carretera en algunos puntos señalados como
“nice view”. En ninguno de ellos faltaba un tenderete con productos locales a
la venta (no sé si las ganancias llegaban a compensar tremendo calor, pero en
fin, hay que ganarse la vida…). En esta zona puede visitarse la cueva de Santa
Sofía, pero nosotros vimos varios autobuses parados en las escaleras de acceso
y nos pudo la pereza…
Garganta de Topolia |
Garganta de Topolia - Carretera a Elafonissi |
Tras una hora y algo de curvas, llegamos a la zona de
Elafonissi. Antes de llegar a la playa propiamente dicha hay una amplia zona
para aparcar. No os esperéis un parking acondicionado, es un área de tierra donde
cada uno aparca donde le parece y si puedes pillar árbol con sombra, mejor.
Caminas por unas pasarelas de madera y… ahí está. La playa tiene una extensión
enooooorme, así que aunque había mucha gente, no nos sentimos agobiados. Los
colores del agua abarcan toda la paleta del verde y el azul y la arena es blanca
y rosa! Hay varios chiringuitos salpicados por aquí y por allá y es posible
alquilar hamacas y sombrillas. Nosotros somos un poco huraños y no nos gusta
estar cerca de la gente, así que no solemos hacer estas cosas, pero estando a
más de 40 grados toda protección es poca así que nos alquilamos sombrillita y 2
hamacas (por unos 7 € todo), en primera línea. Para ir con niños, la playa es
una gozada. Por mucho que andes, parece que el agua nunca llega a cubrir más
allá de las rodillas. Una de las posibilidades es caminar hasta la “isla de los
ciervos”, que está justo enfrente. Como el agua no tiene apenas profundidad hay
quién pilla sus bártulos y con los brazos en alto se va hacia la isla a buscar
intimidad.
Playa de Elafonissi |
Playa de Elafonissi |
Estuvimos a remojo hasta el mediodía. Ya de vuelta, nos
paramos a comer en una de las muchísimas tabernas que hay por el camino. Aquí
aprendimos que en Creta suelen regalar algo de postre (fruta, un pastelito,
helado) y un chupito de licor.
Monasterio de Agia
Triada y Lago Kournas
Para la excursión mañanera de nuestra segunda jornada en
Creta, escogimos una ruta alejada de las playas. Nos apetecía ver el monasterio
de Agia Triada (Santísima Trinidad), de culto ortodoxo como la mayoría en
Grecia y del cual teníamos buenas referencias. Este monasterio se encuentra en
la península de Akrotiri, relativamente cerca de nuestro alojamiento. Desde
Chania hay que tomar la dirección al aeropuerto y unos kilómetros antes ya hay
indicaciones al monasterio (Agia Triada Moni). Hubo algún momento en que
pensamos que nos habíamos equivocado de camino, ya que la carretera se adentra
cada vez más en la montaña y no parece que el aeropuerto pueda estar ahí…. Acabamos
de convencernos de que íbamos bien cuando nos cruzamos con el autobús que hace
la ruta Aeropuerto-Chania. Al llegar al recinto, dejamos el coche en la
explanada de tierra que hace de parking y volvemos a enfrentarnos a los 40
grados del exterior, con nuestras gorras, crema solar y botellitas de agua. La
imagen del guiri clásico, vamos. En el arco de entrada había un señor vendiendo tickets (2€ por cabeza) y que sin mucho diálogo me tendió una especie de pareo
negro para que me tapase las piernas. Hay que ir vestidos con cierta decencia
para entrar y yo llevaba pantalón corto (y fucsia). Había poquísima gente, así que
disfrutamos la visita. El recinto está muy bien cuidado y es un remanso de paz.
Los jardines están plagados de bunganvillas y palmeras. Las cúpulas bizantinas
de la iglesia son preciosas. La iglesia es pequeña y cuenta con una nave
central y un par de capillas. Su interior está ornamentado hasta el último
detalle, como corresponde a los templos ortodoxos, con lámparas, velas y
figuras del pantocrátor, la virgen y los apóstoles correspondientes. Otro mundo
el de los cristianos ortodoxos.
Entrada al recinto |
Agia Triada |
Agia Triada |
Agia Triada |
A escasos 5 km de Agia Triada y escondido en las montañas
hay otro monasterio, el Gouverneto. No es tan conocido, pero dada la poca
distancia entre uno y otro, también lo fuimos a ver. Este último no nos
sorprendió tanto, es mucho más austero que Agia Triada. Tras pasar por un
bosquecillo se llega al edificio exterior, que es rectangular y se asemeja a
una fortaleza. Si atravesamos la pequeña puerta principal, accedemos a un patio
ajardinado, en el centro del cual está la iglesia. El interior de ésta es igual
de barroco que el de Agia Triada. Todo esto lo hicimos solos, allí solamente
había gatos y cigarras cantando (y puede que algún monje asomado a las
ventanas).
Como nos estábamos achicharrando literalmente, decidimos
volver al coche y poner a tope el aire acondicionado. Nos dirigimos hacia
Kournas, a unos 50 km dirección Rethymno, para ver el lago y comer por allí.
Por el camino, pasamos cerca del yacimiento de Aptera (que teníamos apuntado
como visita opcional), pero no tuvimos valor de pararnos a ver ruinas romanas con
la temperatura que hacía. Según nos vamos acercando a la zona de Georgioupoli,
empezamos a ver resorts y hotelazos en primera línea y la verdad es que nos
quedamos sorprendidos, porque a pesar de que la zona donde nos hospedamos
también es bastante turística, no hay alojamientos de este tipo. Nosotros nos
alejamos del mogollón y cogemos una carretera secundaria un poco al azar para
buscar un restaurante. La gracia es que en Creta hay “taverns” por doquier, así
que algún km más adelante nos paramos en la taberna Nikos (que de hecho nos
llamó la atención porque podíamos dejar el coche debajo de un emparrado y había
zona infantil). Tras comer, descansar y columpiarnos un poco, vamos a echar un vistazo al lago.
El lago Kournas es famosete por ser el único lago natural de agua dulce de Creta. Recoge sus aguas de las cercanas montañas blancas "Lefka Ori". Visto desde cierta altitud (en la carretera de acceso hay algún mirador) es muy bonito, ya que está rodeado de montañas verdes y el color de sus aguas varía según le da la luz. Pero una vez abajo, nos decepcionó un poco ya que por la zona hay varios restaurantes, un kiosko de alquiler de barcas, tiendas y bastante suciedad. Habíamos leído que era zona protegida por su biodiversidad, pero no nos dio la impresión de paraje idílico...y se nos pasaron las ganas de bañarnos en él. Nos conformamos con la foto hecha desde arriba.
Vista del Lago Kournas |
Playa de Falassarna
Está claro que alguna vez en la vida habrá que volver a Creta. No sólo porque deliberadamente hemos decidido ver sólo la parte oeste; además es que nos vemos obligados a cambiar planes sobre la marcha debido al calor que está haciendo. Son las vacaciones más abrasadoras que recuerdo. Estamos a finales de Junio y para hoy se espera una máxima de 45 ºC, así que nuestro plan inicial de hacer senderismo por alguna de las famosas gargantas de Creta (¿Samaria?), nos parece una locura yendo con una niña pequeña. Cambiaremos excursión por remojón. Tras desayunar, consultamos el amplio catálogo de playas que tiene la isla y nos decidimos por Falassarna. A unos 45 km de nuestro apartamento y en un emplazamiento muy bonito, nos acabó gustando más que Elafonissi (influye el hecho de que aquí había menos gente). La cala que escogimos estaba rodeada de pequeños acantilados y el agua era taaaaan transparente... Había oleaje, pero solo el justo para que el baño fuera más divertido. Disfrutamos mucho en esa playa. Aunque me imagino que en temporada alta debe ponerse hasta arriba de hamacas y sombrillas.
Ya no tuvimos tanta suerte a la hora de comer, porque el único restaurante que localizamos a la vuelta tenía el ventilador (que no aire acondicionado) estropeado. Así que comimos sudando y deseando escapar de allí, pero esas son las típicas cosas de las que te ríes cuando las recuerdas....
Continuará...
RELATO DE VIAJE A CRETA, por Miriam
Está claro que alguna vez en la vida habrá que volver a Creta. No sólo porque deliberadamente hemos decidido ver sólo la parte oeste; además es que nos vemos obligados a cambiar planes sobre la marcha debido al calor que está haciendo. Son las vacaciones más abrasadoras que recuerdo. Estamos a finales de Junio y para hoy se espera una máxima de 45 ºC, así que nuestro plan inicial de hacer senderismo por alguna de las famosas gargantas de Creta (¿Samaria?), nos parece una locura yendo con una niña pequeña. Cambiaremos excursión por remojón. Tras desayunar, consultamos el amplio catálogo de playas que tiene la isla y nos decidimos por Falassarna. A unos 45 km de nuestro apartamento y en un emplazamiento muy bonito, nos acabó gustando más que Elafonissi (influye el hecho de que aquí había menos gente). La cala que escogimos estaba rodeada de pequeños acantilados y el agua era taaaaan transparente... Había oleaje, pero solo el justo para que el baño fuera más divertido. Disfrutamos mucho en esa playa. Aunque me imagino que en temporada alta debe ponerse hasta arriba de hamacas y sombrillas.
Ya no tuvimos tanta suerte a la hora de comer, porque el único restaurante que localizamos a la vuelta tenía el ventilador (que no aire acondicionado) estropeado. Así que comimos sudando y deseando escapar de allí, pero esas son las típicas cosas de las que te ríes cuando las recuerdas....
Playa de Falassarna |
Continuará...
RELATO DE VIAJE A CRETA, por Miriam
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