lunes, 5 de agosto de 2019

VACACIONES EN LA PALMA - Julio 2019

Hay ocasiones en las que el cuerpo te pide viajar y otras en las que te pide unas buenas vacaciones. Y este año nos pedía eso, descansar. Además sólo disponíamos de una semana libre y por lo tanto el destino tenía que ser (relativamente) cercano y la preparación previa muy sencilla.

Tras darle unas cuantas vueltas al asunto nos decantamos por las Islas Canarias y concretamente por la isla de La Palma. Reúne unos cuantos requisitos: destino nacional, no excesivamente masificado, perfecta para recorrerla tranquilamente en una semana y con buen tiempo casi asegurado. Así que en este relato de viaje a La Palma desgranaremos los más y los menos de nuestra escapadita veraniega.

Como he dicho, los preparativos fueron de lo más sencillo: vuelo directo de Vueling Barcelona – La Palma, con salida el sábado y vuelta el sábado siguiente. Coche de alquiler para una semana. Y por último, apartamento con piscina en la zona de Los Cancajos. Esta fue la única pega del viaje.

Que nos vamos de vacaciones!
La Palma tiene un clima muy similar durante todo el año, lo que para nosotros sería primaveral, manteniéndose casi siempre entre los 20 y los 25 grados. Pero “padece” de un fenómeno meteorológico muy curioso y que hace que la isla se divida en dos zonas climáticas muy diferenciadas: el este y el oeste. Debido a su peculiar orografía, los vientos alisios que soplan en verano provocan una acumulación de nubes en las zonas del norte y del este que dan lugar a unas temperaturas más frescas de lo que cabe esperar. Así, la isla queda dividida por un eje norte-sur en una zona soleada y una nubosa. Esto es importante tenerlo en cuenta, ya que si se persiguen unas vacaciones de sol y playa habría que alojarse en la zona oeste. Justo al contrario de lo que hicimos nosotros (ya he dicho antes que la preparación del viaje fue nula y no íbamos informados). Este fenómeno se aprecia claramente cuando se atraviesa el Túnel de La Cumbre, en la carretera que une Sta. Cruz de La Palma con Los Llanos de Aridane. Un auténtico túnel del tiempo, en el que en pocos km de distancia, la diferencia de temperatura y luz es notable.

Cascada de nubes bajando hacia el lado este vista desde la zona soleada

Cascada de nubes bajando hacia el lado este vista desde la zona soleada
Nubes en la playa de Los Cancajos

El mismo día en Tazacorte
Nuestro plan, que era de lo más básico, consistía en levantarnos sin despertador, desayunar y salir de excursión. Comer por ahí, volver al apartamento para la siesta y por la tarde disfrutar de la playa o la piscina. Pues bien, esta última parte del plan solo la pudieron cumplir los miembros más aguerridos de la familia, ya que con una temperatura de 19-20 grados y un viento que se lo llevaba todo por delante, una no es capaz de bañarse, qué queréis que os diga…

Nuestra preciosa piscina y sus nubes

Santa Cruz de La Palma y Los Cancajos

La primera es la capital de la isla; la segunda es una zona turística a pie de playa, con varios apartamentos y hoteles y algún que otro supermercado y también algún bar. Aquí estábamos alojados nosotros. Ambas zonas están separadas a unos 10 minutos de coche así que varias tardes y ante la imposibilidad del ansiado baño en la piscina, acabamos de paseo por la capital.


Playa de Santa Cruz de la Palma
Cuando digo capital no hay que imaginarse una gran ciudad. Santa Cruz cuenta con unos 15500 habitantes (2019) y por lo que leímos por ahí, este número va disminuyendo. Está ubicada en una gran bahía y rodeada de altísimos acantilados, lo que da a sus calles y plazas una peculiar distribución, cuesta arriba, cuesta abajo. Tiene un gran patrimonio histórico, tanto anterior a la colonización española como posterior, ya que siglos atrás fue un puerto estratégico para los navegantes de rutas atlánticas.

Nosotros la recorrimos de forma un tanto desordenada y sin rumbo fijo. Por un lado la Avenida Marítima con sus balcones de madera, yo creo que la estampa más conocida de Santa Cruz. Paralelas a ésta, las calles O’Daly y Pérez de Brito, las arterias comerciales de la ciudad, que además son una sucesión de plazas y casas de personajes ilustres. Y en un extremo, el Barco de la Virgen, construido a imagen de la Santa María y que ejerce de Museo Naval. Más allá el Castillo de Santa Catalina y la Ermita de las Nieves. Nos queda el recuerdo de una ciudad que parece un pueblín, muy cuidada, agradable, tranquila y fotogénica.


Balcones típicos canarios
Casco histórico de Sta. Cruz
Casco histórico de Sta. Cruz
Un par de noches nos quedamos a cenar al fresco, en dos restaurantes que están situados uno al lado de otro en la placeta que hay justo detrás de los balcones típicos. Siempre los encontramos a tope de gente, la verdad es que la plaza es muy agradable y tentadora y nos pareció que era un sitio de reunión habitual, tanto para los palmeros como para los visitantes. Aquí probamos el Barraquito, el café canario por excelencia, que se compone de leche condensada seguida de un chorrito de licor (suele ser Licor 43) y café con leche hasta completar el vaso. Por encima de la espuma de la leche se espolvorea un poco de canela y se coloca una rodajita pequeña de cáscara de limón. Todo muy instagrameable, jeje. Aunque yo fui incapaz de acabármelo porque aunque estaba bueno es hiperdulce y el dulce no es mi fuerte.

Un barraquito, mi niña!
Los Cancajos es el barrio marítimo donde teníamos fijado nuestro alojamiento. Por lo visto había sido una antigua zona de pesca, ahora reconvertida en el centro turístico de referencia de la zona este de La Palma. Insisto, cuando digo centro turístico no hay que imaginarse Benidorm ni Salou. Jamás encontramos masificación ni construcciones aberrantes en ningún sitio.

El litoral de Los Cancajos es, para mí, espectacular. Metros y metros de playa de arenas negras y rocas volcánicas. No llegamos a disfrutar del agua, por el tema del viento y las nubes que nos acompañaron toda la semana. Pero los paseos por la tarde no nos los perdimos. También nos apuntamos a una actividad nocturna que lleva la empresa Ad-Astra y que consiste en un paseo por el litoral para conocer un poco mejor el Sistema Solar y las estrellas que pueden verse desde allí. No en vano, el cielo de La Palma está considerado el más limpio del mundo y es una referencia mundial para la Observación Astronómica.


Paseo litoral de Los Cancajos

Por cierto, cerca de Los Cancajos está la Villa de Mazo y allí fuimos a parar una noche en busca de un restaurante recomendado en varias webs. Se trata de Casa Goyo, una casa de comidas histórica donde comer pescado fresco y otras delicias canarias. Está justo pasado el aeropuerto y no es difícil de localizar. Tiene una distribución muy peculiar, está todo al aire libre y nosotros también lo recomendamos desde aquí porque cenamos estupendamente.


Las lapas de Casa Goyo

Continuará....

Relato de viaje a La Palma, por Miriam...

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